El día anterior comenzó nuestra búsqueda de un coche de alquiler.
Tras habernos informado de que no era muy caro nos pusimos a mirar compañías de alquiler de coches por la zona, y es cierto, no sale caro a primera vista, pero luego añade el seguro y las tasas, duplicando el precio. De unos 30$ que marcaba al inicio se subía a 60$ ¡uau! Y si a eso le sumamos el hecho de que piden tarjeta de crédito para cobrar la fianza, algo que nosotros ni deseamos tener, la búsqueda de dificulta.
Tras un rato mirando todas las posibilidades online, nos desanimados y empezamos a pensar en otro plan para el día siguiente. Hasta que, no dándose por vencido, Carlos decide llamar por teléfono, ahí nos hacen un buen precio, nos dicen que ningún problema por no tener tarjeta de crédito y nos reservan un coche para el día siguiente. Moraleja: nunca darse por vencido.
En fin. A las 8 am nos dirigimos a recoger nuestro cochecito y ponemos rumbo a Los Cayos. Que no son mujeres feas, el típico plato madrileño, ni esas cosas duras de los pies, no. Son un conjunto de islas creadas por la madre naturaleza y unidas por la mano del hombre. Las islas se encuentran a lo largo del estrecho de florida, la última y más al sur se encuentra a sólo 151 km de Cuba, Cayo Hueso. El nombre fue dado por los españoles, ya que esta se dice que estaba llena de huesos de anteriores habitantes. En el pasado fue refugio de piratas, pescadores, comerciantes y personas socialmente rechazadas.
Son unas 4 horas conduciendo hasta el final, y nosotros como somos burretes los recorrimos en un solo día. Nuestra primera parada fue en Isla morada, Anne's Beach, concretamente. La verdad es que la playa en si dejó mucho que desear, era una fina línea de arena embarrada, no estaba destinada a tomar el sol, si no a que recorras su orilla de agua cristalina y te maravilla por el reflejo del sol.
Seguimos nuestro recorrido y en el camino nos encontramos con otro cartel para ir a otra playa, Coco Plum Beach, muy parecida a la anterior, pero con mejor arena, MJ pudo tumbarse a coger algo de sol, que falta le hace. Al volver de una de sus expediciones, Carlos se topó con dos chicos que le contaron que siguiendo al sur, a un lado de la carretera, se veía el anterior medio de transporte para recorrer los Cayos, una vía de tren. El 22 de enero de 1912 llegó el primer tren a la isla de Cayó Hueso, una construcción, que en aquella época, fue tachada de locura, pero que incrementó el comercio entre Cuba y EEUU, además del turismo local. El llamado ferrocarril sobre el mar fue parcialmente destruido por un ciclón de categoría 5 en 1935. Para su reconstrucción, empleándose parte de las vías se creó una carretera.
Así que recorriendo esta carretera de ensueño llegamos al punto más al sur de Los Estados Unidos De América: Key West, Cayó Hueso. Aquí, ya si que si, Carlos pudo darse un merecido baño y MJ recibió más sol todavía (aún queda mucho para decir que esta algo morena).
Esta playa respiraba paz y tranquilidad, ambientada con música chill out de fondo.
Después de descansar un poco, tras las más de 4 horas de viaje, nos dirigimos a una plaza muy concurrida, Mallory Square, donde encontramos desde puestos de souvenirs, comida callejera hasta artistas de toda índole, como un puertorriqueño muy gracioso cuyo espectáculo consistía en saltar a través de hula hops colocados en la espalda de algún amable voluntario (nosotros no tuvimos esa suerte). Al final del muelle contiguo a la plaza nos encontramos con el punto donde la gente se reúne para ver la puesta de sol sobre el Atlántico, un espectáculo lleno de colores anaranjados, música y muy buen ambiente.
Ya anochecido nos ponemos rumbo de vuelta a Miami Beach, buf… 4 horas de viaje (MJ duerme 2 de ellas)
No te pierdas el vídeo conduciendo sobre el mar en Los Cayos de Florida
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