Llamada la Ciudad Blanca, capital del estado de Yucatán, ciudad colonial, con una gran variedad cultural. Museos, galerías de arte, casas coloniales majestuosas y mucha vida callejera, a todas horas del día. Así es Mérida.
De esta ciudad nos atrajo la opción cultural de una gran urbe como el lugar donde pasaríamos las fiestas navideñas, y el hecho de haber encontrado un hostal con piscina y clases gratuitas de cocina yucateca y de salsa, con la visita diaria de un cantante de trova (antiguo estilo de música muy poética, de origen francés). Decidimos que podríamos pasar los días de Navidad disfrutando de la alegría de aprender algo nuevo cada día.
Fué fundada en 1542 y construida en el emplazamiento de una antigua ciudad Maya, que fue totalmente destruida y cuyas ruinas fueron utilizadas para la construcción de la catedral de Mérida y otros edificios importantes.
Como parte del abanico cultural callejero que nos ofrece nos encontramos con nuestro ya adorado “Domingo Familiar”, este es un gran mercado con música, comida tradicional y atracciones para el disfrute familiar celebrado cada domingo en todo el país, que junto a un calendario semanal en el que cada día hay una actividad como bailes populares (llamado vaquería), paseo en bicicleta por el casco histórico, una representación del famoso juego de pelota maya y serenata, forma una ciudad vibrante de vida en la que la calle está muy integrada en el día a día y dónde la cultura a ofrecer es inmensa y variada.
De esta ciudad nos atrajo la opción cultural de una gran urbe como el lugar donde pasaríamos las fiestas navideñas, y el hecho de haber encontrado un hostal con piscina y clases gratuitas de cocina yucateca y de salsa, con la visita diaria de un cantante de trova (antiguo estilo de música muy poética, de origen francés). Decidimos que podríamos pasar los días de Navidad disfrutando de la alegría de aprender algo nuevo cada día.
Fué fundada en 1542 y construida en el emplazamiento de una antigua ciudad Maya, que fue totalmente destruida y cuyas ruinas fueron utilizadas para la construcción de la catedral de Mérida y otros edificios importantes.
Como parte del abanico cultural callejero que nos ofrece nos encontramos con nuestro ya adorado “Domingo Familiar”, este es un gran mercado con música, comida tradicional y atracciones para el disfrute familiar celebrado cada domingo en todo el país, que junto a un calendario semanal en el que cada día hay una actividad como bailes populares (llamado vaquería), paseo en bicicleta por el casco histórico, una representación del famoso juego de pelota maya y serenata, forma una ciudad vibrante de vida en la que la calle está muy integrada en el día a día y dónde la cultura a ofrecer es inmensa y variada.
Dentro de la oferta de museos que se ubican en la ciudad, nosotros visitamos el Museo de Arte Contemporáneo (MACAY), de entrada gratuita, donde nos deleitamos contemplando varias salas de cuadros llenos de imaginación. Este museo está ubicado junto a la catedral, la cual se ubica en la plaza central y parece ser el centro de esta vida, a uno de los lados se encuentra el edificio destinado a la representación de la historia de la ciudad, comenzando en la época de la conquista española, relatando la ferviente oposición maya, las cruentas opresiones ejercidas sobre este pueblo, como fue llevado hacia un abismo lleno de enfermedades, esclavismo, imposición de la religión católica y perdida de derechos, lo que los llevo a pasar por varias rebeliones, siendo la más fuerte la llamada “La Guerra de Castas”, guerra que comenzó en 1847 y duró unos 55 años, terminando con la imposición del gobierno hacia los sublevados. Gran parte de ellos tuvieron que refugiarse en la selva para no perder sus tradiciones, conservar su identidad y tener una tierra donde vivir.
No cansados de tanto aprendizaje el último punto cultural de nuestra estancia en Mérida fue dedicado al Gran Museo del Mundo Maya, dónde por 150 pesos (7,5€) cada uno, nos empapamos de historia de la humanidad, con un ala dedicada al surgimiento de la vida en la tierra. En este punto algunos pensareis, ¿y que pinta esto con los mayas? Y la verdad es que directamente no mucho, pero es que el meteorito que impacto con la tierra extinguiendo a los dinosaurios y por él que se cree fue posible que surgiera la naturaleza y la vida que hoy conocemos, impactó en este lugar precisamente, en la península de Yucatán, más concretamente al norte, cerca del mar y en este museo se conservan algunos trozos de él. Con lo que respecta a la cultura maya que nos presenta el museo, esta se divide en dos épocas, los mayas hoy en día, intentando resurgir y mantener sus ancestrales costumbres, gastronomía, idiomas, música, danza y sobre todo creencias religiosas y medicinales, habiendo llegado junto al catolicismo reinante como creencia religiosa a una simbiosis en los rituales y festividades. Y en la segunda parte, los mayas de ayer, dónde descubrimos que la raza humana está hecha de maíz, el mundo es cuadrado y formado sobre un cocodrilo en un lago, con cuatro árboles (Ceiba o yaxché) sobre él, uno a cada punto cardinal, de diferentes colores, blanco, negro, rojo y amarillo, simbolizando la abundancia. Todos ellos unidos en un árbol verde central que sostiene toda vida. Como imagináis pasamos horas y horas en el museo, aprendiendo y conociendo esta fascinante cultura que se resiste fuertemente a desaparecer a pesar de haber sido masacrada.
Además de sus innumerables y majestuosos edificios coloniales, el centro histórico de Mérida cuenta con un sinfín de pequeñas placitas, cada una con su iglesia y un pequeño parque, rodeadas por algunos más humildes y otros más elegantes restaurantes. Pequeños rinconcitos donde vendedores de artesanías y artistas callejeros les dan un encanto especial que hace a uno detenerse en cada una de ellas. Entre nuestros favoritos se encuentran el Parque de Santa Lucia, Parque de Santa Ana, Parque de San Juan y Parque de la Mejorada.
A parte del precioso centro histórico colonial de la ciudad, uno de los grandes atractivos de Mérida es su impresionante paseo Montejo, una señorial avenida de cinco kilómetros y medio de largo, inspirada en boulevard de estilo francés. Actualmente es la avenida más de moda de la ciudad, pues además del monumento a la bandera y el museo de antropología de Mérida, se encuentran los hoteles y pubs mas modernos de la ciudad, la mayoría instalados en antiguos palacetes y mansiones del siglo XIX, construidos por la clase adinerada de la ciudad que enriqueció con la producción y comercio del henequén, material muy preciado en la época. Éste agradable paseo debe su nombre a Francisco de Montejo, conquistador de Yucatán y fundador de la ciudad de Mérida.
No cansados de tanto aprendizaje el último punto cultural de nuestra estancia en Mérida fue dedicado al Gran Museo del Mundo Maya, dónde por 150 pesos (7,5€) cada uno, nos empapamos de historia de la humanidad, con un ala dedicada al surgimiento de la vida en la tierra. En este punto algunos pensareis, ¿y que pinta esto con los mayas? Y la verdad es que directamente no mucho, pero es que el meteorito que impacto con la tierra extinguiendo a los dinosaurios y por él que se cree fue posible que surgiera la naturaleza y la vida que hoy conocemos, impactó en este lugar precisamente, en la península de Yucatán, más concretamente al norte, cerca del mar y en este museo se conservan algunos trozos de él. Con lo que respecta a la cultura maya que nos presenta el museo, esta se divide en dos épocas, los mayas hoy en día, intentando resurgir y mantener sus ancestrales costumbres, gastronomía, idiomas, música, danza y sobre todo creencias religiosas y medicinales, habiendo llegado junto al catolicismo reinante como creencia religiosa a una simbiosis en los rituales y festividades. Y en la segunda parte, los mayas de ayer, dónde descubrimos que la raza humana está hecha de maíz, el mundo es cuadrado y formado sobre un cocodrilo en un lago, con cuatro árboles (Ceiba o yaxché) sobre él, uno a cada punto cardinal, de diferentes colores, blanco, negro, rojo y amarillo, simbolizando la abundancia. Todos ellos unidos en un árbol verde central que sostiene toda vida. Como imagináis pasamos horas y horas en el museo, aprendiendo y conociendo esta fascinante cultura que se resiste fuertemente a desaparecer a pesar de haber sido masacrada.
Además de sus innumerables y majestuosos edificios coloniales, el centro histórico de Mérida cuenta con un sinfín de pequeñas placitas, cada una con su iglesia y un pequeño parque, rodeadas por algunos más humildes y otros más elegantes restaurantes. Pequeños rinconcitos donde vendedores de artesanías y artistas callejeros les dan un encanto especial que hace a uno detenerse en cada una de ellas. Entre nuestros favoritos se encuentran el Parque de Santa Lucia, Parque de Santa Ana, Parque de San Juan y Parque de la Mejorada.
A parte del precioso centro histórico colonial de la ciudad, uno de los grandes atractivos de Mérida es su impresionante paseo Montejo, una señorial avenida de cinco kilómetros y medio de largo, inspirada en boulevard de estilo francés. Actualmente es la avenida más de moda de la ciudad, pues además del monumento a la bandera y el museo de antropología de Mérida, se encuentran los hoteles y pubs mas modernos de la ciudad, la mayoría instalados en antiguos palacetes y mansiones del siglo XIX, construidos por la clase adinerada de la ciudad que enriqueció con la producción y comercio del henequén, material muy preciado en la época. Éste agradable paseo debe su nombre a Francisco de Montejo, conquistador de Yucatán y fundador de la ciudad de Mérida.
En nuestro viaje nos hemos encontrado con varios mercados, tanto artesanales como de souvenirs y de comida. Mercados tradicionales hechos para el turista y mercados de fruta y verdura, carne y pescado, todo bajo el mismo techo. Pero el que se encuentra en esta ciudad es algo descomunal, son tres pabellones donde poder encontrar de todo lo inimaginable, ropa, calzado, fruta y verdura, pescado, carne, productos de higiene y limpieza, utensilios de cocina, especias, animales vivos, esperando a ser comprados como gallina, conejos o hámsters. En este mercado cada cosa tiene su lugar, y todo encuentra su espacio. Estuvimos todo un día recorriéndolo, perdiendonos en un laberinto de estrechos pasadizos.
Como ya dijimos al principio, pasamos las fiestas en esta ciudad, habíamos quedado con una pareja de amigos que conocimos en Valladolid, y que recordaréis por el post de X'keken, Samula y San Lorenzo de Uxmal, Marco y Mara. Entre todos pensamos que no hay mejor manera que disfrutar de una rica cena a base de pescado para la Noche Buena, y eso fue lo que hicimos. Nos engalanamos y buscamos un restaurante donde poder probar el ceviche mexicano, un plato de pescado crudo marinado en limón, acompañado de cebolla, tomate y chile, todo muy picado y siempre coronado por unas rodajas de aguacate. Disfrutamos de una rica cena, un par de cervezas y algún que otro cocktail (Carlos probó los margaritas), para terminar la noche, nos hablaron de un bar baratito con música en directo, perfecto para la ocasión. Se trata de el Mayan Pub, que junto con la Mezcalería (lugar donde se dan clases de salsa), son los sitios preferidos de la vida nocturna en el centro de la ciudad.
Noche Vieja fue algo diferente, aunque también la disfrutamos con personas que conocimos en el hostel, pero chocamos con la tradición mexicana, y es que estas fiestas son muy familiares, por lo que casi todos los restaurantes y bares cierran para disfrutar la noche en familia. Solo quedan abiertos los grandes hoteles. Nuestra mejor opción fue ir al supermercado, comprar bebidas y a medio día encargar la comida para cenar. Nos compramos nuestro vinito, botella de cava y, como no, uvas, tradición que también se practica en este país.
A lo largo de la noche también descubrimos que hay otra tradición que también se nos da bien a ambas nacionalidades y es la de ¡liarla mucho saliendo de fiesta! Los chupitos de tequila aquí son más fuertes, eso si. Y así despedimos el año, entre tequilas y bailes latinos, liandonos los pies con las pocas clases de salsa que habíamos dado, pero entre risas y buen ambiente, porque si algo tiene Mérida y la amabilidad de sus gentes.
En este enlace podrás conocer esta ciudad de nuestra mano Video Mérida
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Sabéis como pasarlo bien como buenos españoles aunque estéis lejos de los vuestros, seguid disfrutando, un montón de besos para los dos!
ResponderEliminarComo buenos ciudadanos del mundo. jajaja. La procedencia no importa para pasarlo bien, lo importante son las ganas. besos
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