sábado, 21 de enero de 2017

Isla Mujeres, Quintana Roo, México

Cuarenta minutos de ferry entre Cozumel y Plaza del Carmen, más de una hora de autobús hasta Cancún centro, diez minutos de taxi hasta Puerto Juárez y unos treinta minutos de ferry hasta Isla Mujeres fue lo que nos llevó movernos de isla en isla. ¿Por qué no habrá un ferry entre ellos? Suponemos que por proteger el arrecife.
Llegamos al hotel por la tarde, el pueblo pareció bonito, pequeño. Nos alojábamos en todo el centro de la calle más turística de la isla, así que callejeamos un poco en busca del mercado donde había pequeños restaurantes económicos y deliciosos donde comer. Después dimos un paseo por la conocidísima y para nosotros sobrevalorada, Playa Norte, pero como el cielo amenazaba tormenta y de las fuertes, no nos entretuvimos demasiado. Decimos que la playa esta sobrevaluada, no porque no sea bonita, si no porque se trata de la típica playa que uno espera conocer en el Caribe, de finísima arena blanca, poco profundas y tranquilas aguas cristalinas de intenso azul turquesa, rodeada de palmeras cocoteras por toda la orilla. Sin olvidar el exceso de turismo (una vez mas), particularmente canadiense y estadounidense, que reside en los lujosos resorts a orilla de la playa, que extienden sus tumbonas y sombrillas ocupando toda la zona y cobran sus productos en dólares americanos. Aunque nos decepcionan estos lugares, que quedan estropeados por la sensación de que uno se encuentra en cualquier lugar menos en México, no dejamos de apreciar su belleza y luz.

Empezó a llover y no paro durante un día y medio, tiempo que dedicamos a descansar en el hotel (de vez en cuando viene de maravilla). Una de las curiosidades de la isla es que los sistemas de alcantarillado son mínimos y pésimos, por lo que a la mínima que cae un buen chaparrón sus calles se inundan hasta dos palmos de altura (ahí descubrimos por que todas las tiendas y bares estaban en alto). Salimos a cenar zapatillas en mano y a carcajada limpia por las calles inundadas, recordando que hacia justo un año se había inundado el pueblo de Inglaterra donde vivíamos. De hecho, y aunque suene algo macabro, las inundaciones nos traen algunos recuerdos, pues inundados empezamos nuestra relación, pero eso es algo que os contaremos algún día a quienes no sepáis.
 Pasada la tormenta decidimos lanzarnos a experimentar la isla. Todo el mundo alquilaba carritos de golf, motos o bicicletas, pero a nosotros nos apetecía caminar (y ahorrar unos pesitos). Caminamos hacia el sur sobre una hora y media hasta llegar a la primera parada del día, la Tortugranja, una organización por la conservación de la tortuga marina y ayuda a continuar con su tarea reproductiva, protegiendo los huevos y crías hasta que alcanzan una edad segura para sobrevivir en el mar, protegidas de los depredadores.


El lugar consiste en una serie de estanques donde viven las tortugas según su edad y tamaño, además de algunos acuarios con peces de la zona, estrellas de mar y algún crustáceo. En la orilla tiene una zona de mar abierto vallado donde las más grandes pueden nadar y un arenal para enterrar los huevos que encuentran desprotegidos por las orillas de las playas. María José disfrutó como una niña, pues es gran amante de este bonito animal.
Después de visitar a las amigas tortugas nos dirigimos al extremo sur de la isla (una horita mas), donde primero de todo encontramos un parque de ocio llamado Garrafón, que consiste en un trozo de costa donde por el pago de unos dólares americanos uno puede alquilar un kayak, equipo de snorkel o lanzarse en tirolesa sobre las aguas cristalinas. No es el tipo de lugares que nos guste visitar, así que seguimos caminando, hasta llegar a punta Sur. Allí encontramos varias cosas que si que eran de nuestro interés. En primer lugar había un enorme acantilado, donde los pelicanos sobrevolaban en busca de algo que pescar y las iguanas se calentaban en las rocas, disfrutaban los rayos de sol.


A este lugar se le llama el acantilado del amanecer, pues es el extremo más oriental de los Estados Unidos Mexicanos, cuando amanece es aquí donde tocan los primeros rayos de sol del país. Caminando al borde el precipicio se puede admirar un museo al aire libre, donde esculturas oxidadas y erosionadas por el aire le dan un toque mágico al lugar. En el extremo del acantilado visitamos el templo en ruinas de la diosa Ixchel, representante de la feminidad para la religión maya y a quien antaño las mujeres traían ofrendas para poder quedar encinta.


Estas ofrendas eran casi siempre estatuillas con formas femeninas, por eso, al llegar los conquistadores españoles y encontrarse con ellas le pusieron Isla Mujeres a la isla.
Se nos hizo la hora de volver al hotel, esta vez por el extremo oriente de la isla, pero entre que estábamos cansados y que una nube muy oscura volvía a amenazar tormenta decidimos aventurarnos de nuevo con el autostop, con el que siempre hemos tenido suerte.
Esta vez fuimos transportados en un carrito de golf por un simpatiquísimo turista de la Isla de Santa Lucía, con el que compartimos una divertida conversación. Fue llegar al pueblo y empezar otra vez la tormenta, así que no nos mojamos de milagro.
Entre lluvia y lluvia si que tuvimos tiempo de callejear por el diminuto pueblo, que fuera de la calle principal con souvenirs, bares de copas y restaurantes, nos pareció encantador. Igual que Bacalar y Tulum, esta considerado Pueblo Mágico de la provincia de Quintana Roo, descubrimos que se debe al colorido de sus bajitas casas de pescadores, pintadas a cada cual más diferente y original.


  Además, también descubrimos que Isla Mujeres dispone de una pequeña plaza de toros, con la que no estamos de acuerdo se practique en el país que se practique, pero que nos pareció curioso encontrar. 
Con Isla Mujeres ya nos despedimos de la playa por un tiempo, cambiamos de provincia para descubrir Yucatán, así que decidimos pasar nuestros últimos minutos en la orilla del mar, intentando retener en nuestras retinas el intenso azul turquesa de las aguas del mar Caribe.

Puedes vivir esta caribeña isla con nosotros en el siguiente vídeo de Youtube Vídeo Isla Mujeres

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