domingo, 21 de mayo de 2017

Consejos de y para viajeras

Venga va, que sí, va venga, somos valientes, queremos destapar el mundo, a nosotras mismas, queremos descubrir, conocer, imaginar, explorar, crear, aprender, perdernos y luego encontrarnos. Es ahora o nunca ¡Lo hago! ¡Me voy de viaje con la mochila! Y que se echa en una mochila, aparte de ganas, ilusión, información, alguna guía sobre el país (o países) de destino.
Y es que la mochila es esa única compañera que nos acompaña todo el recorrido, en el que debemos y podemos confiar 100%, que no nos ha de fallar, o que si lo hace sea por algo mínimo, fácil de solventar. La mochila es nuestra casa, nuestra camarada y amiga fiel.

Es por ello que no debemos despreocuparla y debemos tener en cuenta cómo prepararla, para que ella nos ayude en el camino, nos lo facilite y acomode. Ella nos proveerá todo lo necesario.
Una de las primeras cosas que pensé antes de emprender el viaje fue no llenarla hasta el máximo, siempre volvemos con más cosas de las que nos vamos, bien sea por ropa o souvenirs. Además de todas las experiencias, los recuerdos, la gente, lugares, momentos inolvidables que al volver te asaltarán en cualquier momento y te harán reír tontamente, solo para ti y por ti.

De mi parte como mujer viajera, que recién comienza y aprende sobre las experiencias, me gustaría compartir algunos pequeños consejos que nos ayudan en este momento y en los venideros. El primero de ellos es modificar esta lista según cada una de nosotras, hacerla personal, descartar algunos y añadir otros, porque cada mochila está hecha a la espalda de cada una de nosotras.
·         No aferrarnos a lo material. Si te apetece comprarte algo, piensa que eso es peso en la espalda, piensa en dejar, regalar otra cosa. La mochila no es el bolso de Mary Poppins.
·      Llevar todo impreso y a mano, nunca en el mismo lugar que los originales, ni siquiera en la misma mochila.
·      Llevar dos tarjetas de crédito si es posible. Imaginemos que necesitamos dinero urgente, vamos al cajero y ¡ups! Algo falla, la tarjeta no funciona, se nos ha desimantado, no hemos calculado bien el dinero y no tenemos suficiente. No nos alarmemos, tenemos la tarjeta de repuesto. Como mayor precaución, al igual que con los documentos, yo recomiendo no llevarlas juntas, hay situaciones que no queremos, deseamos que no nos pasen, como perder el monedero o un robo, por ello llevar la segunda tarjeta separada de la primera.
·   Un cargador solar nos puede ayudar en bastantes momentos, como una noche de viaje en autobús, una acampada. Así como un enchufe ladrón, en un hostal, usualmente, podemos alegrarnos si tenemos un enchufe que poder usar. Yo aconsejo los ladrones de regleta, así no nos encontraremos con la situación de ocupar el enchufe de al lado cuando estos son pares.
·      Un pendrive, con nuestros documentos escaneados (pasaporte, dni en caso de tenerlo, seguro de viaje, licencia de conducir). Y si se desea un disco duro externo para todas esas increíbles fotos que no queremos perder. Otra idea para guardar los documentos son las nubes online, como google drive, aunque yo no recomiendo confiarse y siempre llevar los documentos fotocopiados e impresos.
·      Usar siempre un buen calzado, un viaje está destinado a caminarlo. Las sandalias de travesía son una muy buena opción en climas cálidos, sin olvidar unas chanclas para la ducha.
·    Ropa impermeable, tanto vayamos a viajar a un clima húmedo o no. Junto a ella una bolsa impermeable donde guardar nuestras cosas más importantes (móvil, documentos, cargador) también es una buena herramienta. Sin olvidar el cubre para la mochila.
·      No nos arrepentiremos de llevar un par de leggins que usar como segunda capa para los días más fríos.
·       Ropa de un solo color, cuantos menos estampados mejor. Básicamente ropa que sea fácilmente combinable.
·       Un chal o pañuelo, se puede usar en momentos de fresquito, un clima cálido que refresque por las noches, o en una noche fría en modo bufanda.
·       Aguja e hilo de color neutro. No es que yo sea muy mañosa para coser, pero la ropa cómoda no es algo fácil de encontrar en ciertas situaciones o lugares, y un pequeño roto no tiene por qué ser la razón para tirar las cosas. Nuestras sociedad de consumo nos dice que algo roto ya no sirve, una aguja e hilo hacen milagros en momentos de necesidad.
·         Pastilla de jabón para lavar ropa a mano.
·   Una piedra pómez. Como antes he dicho, el viaje hay que caminarlo, y nuestros pies son quienes nos llevan en él, por lo que a veces necesitaran algún mimo.
·     Respecto a higiene femenina, un paquete de toallitas húmedas a mano siempre vendrá bien. Nunca se sabe si habrá papel higiénico en el baño de carretera en el que paremos, sobre todo cuando tenemos el periodo.
·        Llevar tampones, compresas, lo que una elija y le haga sentir más cómoda, para emergencias. El estrés, los cambios nos afectan hormonalmente. Ir siempre preparada para ello no está de más, nos dará más seguridad y nos evitará situaciones bastante incómodas.
·   Si necesitas medicamentos durante el periodo, recomiendo conseguirlos previamente en tu farmacia habitual, ya que ciertos medicamentos, en otros países, requieren de receta médica, ser difíciles de conseguir o más suaves a lo que estamos acostumbradas.
·        Recientemente he estado investigando sobre el uso de la copa menstrual, le encuentro muchos pros en cuanto al ahorro de dinero y espacio, a la despreocupación de si llevaremos suficientes artículos de higiene, al espacio que estos ocupan. Pero también le encuentro un gran contra al lavarla diariamente, por muchas veces compartir el cuarto de baño; y guardarla al final, ya que es necesario hervirla y para ello hace falta estar en un hostal, lo cual no siempre es posible.
·       Si eres de las que usan maquillaje, yo recomiendo llevar el mínimo maquillaje. Un pintalabios, eyeliner y rímel visten muchísimo. Mi personal opción fue dejar el maquillaje de lado completamente.
·  Seleccionar un vestido que valga tanto para una ocasión especial como un día normal. Imprescindible que sea cómodo, nada de encajes (nunca sabes donde se lavara)
·     Ropa interior cómoda, nada de encaje o prendas delicadas. En general toda la ropa seleccionada debe ser lo más cómoda posible.
·       Por último, no olvidarnos del hambre, de esas largas horas en el viaje yendo a algún destino, de todo el tiempo invertido en buscar el lugar indicado para comer cuando parece que tenemos un agujero en el estómago. Un paquete de galletas a mano, una barrita energética, en el bolso salvan situaciones muy estresantes.
Finalmente, mi recomendación es dejar las costumbres no necesarias de lado. Sobre todo quitarse manías, abrir la mente y no preocuparse por pequeñas cosas. Informarnos muy bien del lugar de destino, la mochila será completamente diferente si vamos a un país tropical o a escalar montañas.
Gran parte de nuestras posesiones son no necesarias, dependen del bestial consumismo que nos rodea y nos orienta a comprar y comprar cada vez más. A creer que algo roto no tiene reparación o algo desgastado ya no hace su función. Inventa artículos que nos harán la vida más cómoda, más accesible, fácil y práctica. Para mí la comodidad viene en la ligereza de una prenda, la accesibilidad en su utilidad, la facilidad en la sencillez y todo ello junto, crean un entorno más práctico en mis necesidades y en las situaciones que nacen diariamente. Crecemos creyendo que necesitamos 20 pares de pantalones y otras tantas camisetas y vestidos. 

En el momento de empacar una mochila, con cada una de nuestras decisiones, debemos pensar si de verdad necesitamos esa prenda, ese artículo, si es imprescindible en nuestro viaje. Puede haber varias opciones:
Ø  Sí, es imprescindible. Échalo, por supuesto.
Ø  Es totalmente prescindible. Descártalo, únicamente es peso que añades a tu espalda.
Ø  No quieres deshacerte de él, pienso en él como un “por si acaso”. Déjalo en un montón aparte, vuelve a repensarlo después de tener todos los imprescindibles y considera si todavía es necesario.
Aun así, aun y con todo este proceso creado y repetido, os aseguro que siempre habrá algo que no usaremos durante el viaje. Mi recomendación para ello, es que en cuanto nos demos cuenta de que no lo estamos usando y no lo usaremos, regalarlo. ¡Démosle a nuestros artículos una segunda oportunidad en este mundo!


Si sobra espacio en la mochila, después de haber terminado, ¡mejor para ti! Pero ya verás como la iras llenando poco a poco durante el viaje. Como dije antes no la llenes por llenarla, siente cada una de tus posesiones como el peso que ellas son, piensa en los cambios de avión, tren o autobús, piensa en las largas horas caminando para buscar alojamiento y ya verás cómo día a día te alegras de no manejar un gran mochilón.

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