domingo, 27 de noviembre de 2016

Y casi no llegamos...

¡Vaya locura de viaje! De haberlo sabido nos habríamos despertado muchísimo antes. Salimos de casa tres horas antes del horario el vuelo a Londres. Tres meses antes teníamos ya preparada toda la documentación para volar a los Estados Unidos de América, es decir, el visado online ESTA y un vuelo de salida del país. Miguel, el padre de Carlos, nos llevó al aeropuerto sufriendo los atascos matutinos de Barcelona y cercanías. Aún y así, llegamos con tiempo suficiente para el check in y el control de seguridad. Nuestro mayor miedo era tener que dejar algo de equipaje en tierra por exceso de peso, ya que el vuelo era tan barato que solo nos permitían viajar con 10 km de equipaje de mano por persona y llevábamos alrededor de 15 cada uno.
Ya en la cola para la tarjeta de embarque empezamos a preocuparnos al ver que estaban pensando todas las maletas de mano. Al llegar al mostrador, comprueban nuestros pasaportes y cuál es la sorpresa al hacernos saber que el pasaporte de Carlos no tiene el visado ESTA aplicado, y sin él, no puede volar. Empiezan los nervios y los sudores fríos. Por falta de previsión no llevábamos el resguardo imprimido y no habíamos recibido ninguna justificación online, ni un simple email de confirmación. La chica de la ventanilla nos sugiere volver a aplicar para el visado y ver si hay suerte y la aceptan antes de que salga el vuelo. Nos retiramos y empezamos el proceso de visado online a toda prisa, intentando que los nervios no nos provoquen cualquier error que nos dejase en tierra. Una vez rellenado todo y enviada la solicitud esperamos el email de confirmación. Creemos que han sido los minutos más largos de nuestras vidas.
La chica de la aerolínea nos hace saber que en 3 minutos se cierra el check in, y nuestro email aún sin llegar. Por nuestras mentes empieza el bombardeo de nuevas alternativas, ya que en tres minutos habríamos perdido el vuelo. Pasado el tiempo aparece un nuevo trabajador de la compañía aérea y nos sugiere entrar en la web del ESTA, donde hay un apartado para verificar la autorización del visado, lo verificamos y … ¡SI! Esta confirmado. Empiezan a imprimir la tarjeta de embarque, nos piden el vuelo de salida de EEUU y … México no está aceptado como salida del país, así como cualquier país limítrofe. Si, así es, Estados Unidos quiere que te vayas, pero no ahí al lado, sino bien lejos. Con una llamada a la embajada por parte de la compañía queda solucionado. Recibimos las tarjetas de embarque y los chicos nos dicen y ahora … a correr!
Parecer ser que con todo el lío se han olvidado de pasar las mochilas, así que ahora nos toca pagar las consecuencias, pues recorrer todo un aeropuerto a lo que nuestro cuerpo nos permita, con 15 kilos a la espalda no fue fácil. Por suerte en el control de seguridad no había mucha gente y al llegar a la puerta de embarque, sin aliento alguno, las azafatas anunciaron por el walkie talkie ¡ya están aquí! Agradecemos la espera y el esfuerzo de todo el equipo de Norwegian, nos sentamos en nuestros asientos e intentamos recuperar el aliento y el estado de calma. El vuelo a Londres fue tranquilo. Incluso tuvimos unas horitas de escala para comer y descansar antes de que llegaran los siguientes inconvenientes.
Al intentar embarcar para el vuelo a Miami nos vuelven a parar y nos dicen que con el vuelo de salida a México no podemos entrar en EEUU. ¡Otra vez nos quedamos en tierra! La única solución que nos ofrecen es comprar un vuelo allí mismo, que justifique que después de México nos vamos a otro país. Pues nada, nos metemos en Internet y compramos el vuelo a Cuba, sin hacer siquiera una previsión de fechas, pues los pasajeros iban entrando en el avión. Mostramos la reserva del vuelo a Cuba y nos dicen que también se considera limítrofe con EEUU y que además necesitamos el visado. Nada, que no hay manera, ¿a cuantos países tenemos que volar para que Estados Unidos tenga claro que no queremos vivir ilegalmente en su país? Al final la compañía acepta las condiciones y nos dejan volar. ¡Ya estamos en el avión a Miami!
El vuelo sale con una hora y media de retraso porque el sistema eléctrico del avión no funciona y tiene que venir un ingeniero a restaurarlo. Después de vernos dos veces en tierra y luchar para poder llegar a Miami pasamos las 9 horas de vuelo entre sueños, películas y juegos. El aeropuerto al que llegamos es Fort Lauderdale, ciudad próxima a Miami.Allí debe estar nuestro amigo Nicola y nosotros deseando darle un abrazo bien fuerte. Pero aquí no acaba la historia.
Ya en el último paso antes de salir del aeropuerto la policía verifica nuestros pasaportes y sin darnos una razón o explicación, a MJ la dejan salir pero a Carlos lo retienen en el departamento de inmigración. Una hora y media encerrado en una habitación pequeña, con más pasajeros detenidos por motivos que ninguno conocemos. Todos preguntamos, nos quejamos, ya que no nos dejaban usar el teléfono ni para explicar lo que estaba pasando a la persona esperando ya en terreno americano. Después de la espera Carlos recibe el motivo de su detención: hay un criminal con su mismo nombre y apellidos y tenían que verificar que no era él.
Al salir del aeropuerto Carlos y MJ vuelven a reencontrarse, pero Nicola se ha tenido que ir a atender su negocio, tres horas de espera no las imaginábamos ninguno. Un mini bus nos dejó en la puerta de su restaurante, ya podíamos respirar tranquilos.

Bienvenidos a los Estados Unidos de América, bienvenidos a Miami.

2 comentarios:

  1. Madre mía!!! Vaya follón.. :_( Suerte q al final lo conseguisteis y queda como una experiencia más ;-) Primooo q t tienes q cortar el pelo y afeitar bien para ir a los EEUU jajajajajaja

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    1. Lo pasamos un poco mal pero al final valió la pena. Y entré con pelos y con barbas. jajaja.

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