domingo, 13 de agosto de 2017

Alrededores de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México

Como ya avanzamos en el post anterior, algunos de los días que nos alojamos en Oaxaca de Juárez los dedicamos a visitar sus alrededores.
Una de las comodidades que más se agradecen de este lugar es el sistema de trasporte en taxi colectivo, que por 20 pesos (1€) por persona te llevan a lugares hasta a 45 minutos desde la ciudad. Nos gustó viajar así porque es rápido, cómodo y divertido, ya que siempre surge conversación durante el trayecto, es una gran oportunidad para conocer a los locales y preguntarles por su vida y costumbres, así como curiosidades del lugar, sin olvidarnos de que es un medio de transporte muy económico. El primer lugar que visitamos fue el conjunto arqueológico de Monte Albán, a tan solo 10 kilómetros del centro, situado en la cima de un cerro, este lugar fue la capital de los valles centrales oaxaqueños durante la época zapoteca. Una vez que estos abandonaron Monte Albán, los mixtecos la ocuparon y además de residencia para las clases altas, se utilizaba con fines religiosos. La posición defensiva de la ciudad en las alturas le dan un encanto especial, pues los excelentemente conservadas pirámides, colgadas sobre el cerro y con las impresionantes áridas montañas de fondo y el valle donde ahora se encuentra la ciudad de Oaxaca, conforman un escenario digno de adoración.
En el recinto de Monte Albán además de visitar cada una de las pirámides y templos de oración, en algunos de los más altos se puede subir para admirar el conjunto arqueológico completo, también existe un museo con algunos restos encontrados en el lugar y otras ruinas cercanas, además de explicar los hallazgos históricos. Es un lugar que sin ninguna duda recomendamos si vas a pasar unos días en la ciudad.


Otro de los días que pasamos, haciéndolo coincidir con un domingo, nos acercamos a visitar el mercado de Tlacolula de Matamoros, conocido por ser el más grande de la región. A menos de media hora de taxi pudimos disfrutar de la exposición de todo tipo de productos, desde mezcales artesanales (bebida alcohólica extraída del cactus del agave), hasta pulque (famosa bebida de los dioses obtenida de la fermentación de la planta del maguey), resinas de copal con exquisitos aromas, hasta artículos del hogar, gastronómicos, textiles… además, al ser el mercado más grande del estado de Oaxaca y al celebrarse en domingo consigue que los callejones de Tlacolula se pongan hasta arriba de gente, dándole un ambiente muy divertido. Nosotros aprovechamos para comprar artesanías y algún que otro encargo. 


De vuelta a Oaxaca paramos en un pequeño pueblo llamado Santa María del Tule, donde el principal atractivo es ver el árbol con el diámetro de tronco más grande del mundo. Se trata de un ahuehuete de 58 metros de circunferencia de copa, 42 de altura y con 14,05 metros de diámetro de tronco. Se dice que hacen falta treinta y cinco personas para abrazarlo y que puede dar sombra a más de quinientas. Se calcula que pesa 636 toneladas y lo más interesante de todo, es que tiene más de dos mil años de edad, pues ha visto pasar la historia de México por sus hojas, desde la época pre-hispánica, la conquista y la edad contemporánea, sin haber sido dañado. Se cuenta que un adinerado empresario puso precio al árbol de tule, para cortarlo y extraer su madera, pero los habitantes del pueblo se negaron rotundamente, pues el árbol milenario es todo un símbolo para los lugareños.


Una de las excursiones que más recomendamos hacer desde la ciudad de Oaxaca es visitar Hierve el Agua. Para ello necesitamos tomar un taxi colectivo hasta Mitla, y de ahí una camioneta que te lleva a Hierve el Agua, por un empinado camino de tierra que sube a lo alto de las montañas entre curva y curva. El nombre de Hierve el Agua le viene porque se trata de un conjunto de manantiales, donde las corrientes internas de la montaña hacen que el agua surja de su interior en un incesante burbujeo que lo hace parecer que hierve. De estos manantiales se formaron diferentes albercas o pozas, donde se almacena el agua y uno se puede bañar con una temperatura de 24 grados y alta mineralización que se considera con propiedades curativas. Pero lo más espectacular de estos manantiales es que debido a su alto contenido en carbonato de calcio, al caer por la ladera de la montaña desde miles de años este se ha ido acumulando dando la apariencia de una cascada petrificada. De hecho hay varias cascadas, que a través de no muy transitables caminos se pueden visitar desde diversos puntos de vista, lo más impresionante es verlos desde los puntos más altos, pues la caída de entre doce y treinta y cuatro metros, con las altas montañas de fondo, le dan mucha espectacularidad.


Nosotros recorrimos caminos, las vimos desde todos los puntos de vista posibles, disfrutamos de los baños termales y tomamos el sol en las alturas. Uno de las pozas de Hierve el Agua, la que más cerca esta de la cascada, es muy particular pues el agua esta tan al borde del precipicio que hace el efecto de las modernas piscinas Infinity. Además el entrar y salir de la gente en la poza fuerza el agua a caer por la cascada, donde esta sigue petrificándose. De vuelta a Oaxaca la camioneta nos dejó en Mitla, donde tomamos un taxi compartido, ya que aunque Mitla era otro lugar que deseábamos visitar, por tener un conjunto arqueológico, se nos había hecho tarde, así que tuvimos que dejarlo para el día siguiente y así poder dedicarle todo el tiempo que se merecía.
El conjunto arqueológico de Mitla consta de cinco grupos diferentes y en una ciudad que adquirió gran importancia cuando los zapotecos abandonaron Monte Albán e instalaron aquí su centro económico, administrativo, político, religioso y social. Se sabe que las ruinas encontradas en Mitla eran palacios y edificios administrativos para la clase alta de la sociedad. Algo que nos impresionó de Mitla fueron los elementos decorativos de los edificios, tallados en forma de cenefas perfectas, dándole un toque muy elegante. Las diferentes salas se mantienen en muy buen estado, con dos tumbas subterráneas que a través de pasadizos en el interior de las pirámides se llega a ellas. No apto para claustrofóbicos. Al lado de las ruinas hay una bonita iglesia construida con materiales extraídos de las ruinas, a modo de imposición de los conquistadores sobre los pueblos que ya habitaban estas tierras.


Otra cosa que nos gustó del lugar es el jardín de cactus con que están decorados los espacios entre los grupos arqueológicos, pues en nuestro viaje en México no esperábamos ver cactus (pensábamos que solo había en el norte) y en Oaxaca encontramos gran variedad, hasta algunos con considerable altura.


Terminando este lugar no nos quedaron más días para seguir explorando Oaxaca y sus alrededores, para compartir tiempo con su amable gente, queríamos dedicar algún tiempo a nuestro próximo destino, el estado y ciudad de Puebla. ¡Allí nos vemos!